De pronto desapareció todo, mi mente se cegó a si misma, lo único que se apreciaba era una profunda oscuridad y una silueta que más tarde reconocí, el ser más bello que ha creado el hombre, un ser que rozaba la perfección, el más hermoso que se pueda imaginar, y allí estaba flotando en su ingravidez, en total armonía con esa oscuridad, me sentí confusa al apreciar tan grande hermosura ya que hasta la nota musical más delicada era grotesca a su lado.
Descubrí, cuando pude volver a pensar que ese ser el cual cegó toda mi mente,era él, que al entrar en mi cabecita conquistó el corazón de todos y cada uno de mis pensamientos para buscarse un huequecito en ellos y poco a poco hacerse permanente ahí, pero a los pocos segundos de tan maravillosa presencia todo desapareció, su hermoso rostro me eclipsó y desde ese momento no pude pensar en otra cosa más que en él.
Ese era el motivo de su soledad, cegaba todo a su alrededor.
Pero en mi cabeza rondaba una pregunta, después de haber observado criatura tan hermosa ¿cómo lo veré todo ahora si al contemplar un ser tan perfecto ya no deseo ver otra cosa mas que su rostro?
Desde entonces solo se que ese ser me capturó con su mirada, me enamoró con su sonrisa y como un ángel que mueve sus alas hizo latir mi corazón, no se llamará ángel ni tendrá alas en la espalda pero desde luego no tiene la belleza de un ángel sino de mil.
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