Para mi es como un juego.
Yo te espero, impaciente, sabiendo que en segundos llegarás, pero tu impredecible, quizás llegues a asustarme, y así es el juego, si logras sobresaltarme, tu ganas, si ni me inmuto, yo gano, podría jugar contigo noche tras noche, pero hay noches que no vuelves, me abandonas y te pierdes entre las nubes, ni siquiera haces acto de presencia, pero la noche que apareces, mi cabeza dice:
- oh bendita noche, con una sonrisa malévola en mi rostro
Resulta excitante jugar contigo, y me agrada tu compañía en las noches más frías, pero todo juego termina en algún momento y cuando me ves cansada decides acabar la partida relajándome con tu dulce melodía.
-Trueno querido, vuelve pronto para que pueda jugar contigo.